JOYAS (OCULTAS) DEL SCI-FI (I)

Sí, Blade Runner, 2001: una odisea espacial, Crónicas marcianas o El viaje de Ender son joyas del género que todos conocemos. No tendría mucha gracia volver a escribir sobre ellas tras todo lo que se ha dicho y publicado (en ocasiones, hasta libros enteros dedicados a cada una).

Lo que aquí pretendo es dar a conocer joyas ocultas, películas, series, libros, etc. que no han trascendido al mainstream y que pueden hacer las delicias de cualquier amante del género, y que se encuentran claramente por encima de la media de la producción.

Hay más, por supuesto, muchas más, pero de momento, aquí van unas cuantas…

Sunshine (Danny Boyle, 2007)

En el año 2057, el Sol ha sufrido una anomalía y comienza a apagarse. La Humanidad envía dos naves, cada una de ellas cargada con una «bomba estelar» (una carga de materia superdensa capaz de provocar una reacción en cadena que reinicie el proceso de fusión nuclear solar) como última esperanza para no desaparecer.

Con este prometedor argumento, Danny Boyle (Trainspotting, La playa, 28 días después…) da comienzo a una magnífica película de ciencia ficción «dura», es decir, con una base científica sólida, al estilo de 2001: una odisea espacial. Pero Sunshine va mucho más allá de la mera exposición del viaje científico de las Icarus I y II (las naves del argumento): es una incómoda reflexión sobre los peligros del integrismo religioso, las ventajas de una educación científica y humanista, los pros y contras del multiculturalismo y, sobre todo, un gran interrogante sobre el papel de algo tan diminuto como el ser humano en el destino del Universo. Todo en la película es destacable, desde las actuaciones a la fotografía y la banda sonora (impresionante) pasando por una dirección magistral.

Karaoke / Cold Lazarus (R. Rye y Dennis Potter, 1996)

Hubo una época en que la TV británica creaba las mejores series del mundo: Retorno a Brideshead, The Young Ones, The Black Adder, Doctor Who… Bueno, ahora que lo pienso, si una TV es capaz de crear Sherlock, la mejor serie de la historia de la TV, es que no ha perdido la magia. Pero esto es una digresión. Volvamos a lo que iba.

Dennis Potter es, probablemente, el creador de series de TV más importante de la historia. No tanto por cantidad (en eso el tándem Lupo/Cannell gana de sobras) como por pura calidad. Una pequeña muestra: Lipstick on your Collar; Cream in my Coffee, la grandiosa The Singing Detective (que durante muchos años lideró el ránking de imdb) … y este curioso tándem de series, Karaoke y Cold Lazarus, filmadas al mismo tiempo pero separadas por 3 siglos. Daniel Feeld es un dramaturgo inglés con problemas de alcohol que se ve envuelto en el drama que él mismo ha escrito cuando la ficción y la realidad se solapan. Tres siglos después, en una Gran Bretaña en ruinas, dominada por corporaciones estadounidenses, unos científicos intentan revivir los recuerdos de varios cerebros conservados artificialmente, entre ellos el de Daniel Feeld.

Karaoke/Cold Lazarus tiene muchos niveles de interpretación, pero el más importante de todos lo ha de descubrir el espectador. Una pista: conviene ver, también, The Singing Detective, pues la historia personal de Potter se extiende hasta esa otra obra maestra, llena de dolor y reproches. Karaoke/Cold Lazarus es ciencia ficción, sí, pero también tiene política-ficción, psicoanálisis y un profundo estudio de las emociones humanas, en este caso, de las más terribles y dolorosas.

Ubik (Philip K. Dick, 1969)

Si creías que el género cyberpunk comenzaba en 1984 con Neuromancer, de William Gibson, llegas 15 años tarde. En 1968, el inclasificable escritor Philip K. Dick publicaba la novela corta ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que años más tarde se convertiría, de la mano de Ridley Scott, en Blade Runner, auténtico pistoletazo de salida (fílmico) del género. Pero un año después, en 1969, Dick publicaba una obra maestra, Ubik, insuperada y mil veces plagiada incluso por plastas como Amenábar.

Ubik tiene todo aquello que caracteriza al cyberpunk, pero de modo involuntario: Joe Chip, su protagonista, es un antihéroe; la ciudad está en manos de grandes corporaciones, las mujeres siempre son fatales y la línea entre la vida y la muerte es bastante borrosa en este futuro ultracapitalista. Pero lo curioso es que Dick no quiso seguir los cánones del noir, sino que tan sólo dio rienda suelta a su paranoia persecutoria y su pesimismo absoluto, y el resultado es esta obra maestra que predice un género con 15 años de antelación.

Y perdona que no te diga de qué va la novela: si lo hiciera, me odiarías. Es imposible contar su argumento sin traicionar su final, memorable como pocos.